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Reencuentro con Xiaomi

Hace tres años compré un flamante Mi4, mi intención era comprar el Mi5, pero en Xiaomi decidieron esperar un año más en sacarlo, de modo que hice algo bastante extendido, comprar un gama alta del año pasado.
     Venía de un Sony Xperia Z con el cual nunca llegué a estar contento del todo. En mi opinión quiso hacer mucho y en muy poco tiempo, la primera pantalla FullHD en móviles, un procesador que aún no podía con ella, un diseño que llega a ser más afilado y me quedo sin dedos, porque heridas me hizo... No os voy a engañar, cuando compré el Xperia Z mi primera opción era el Nexus 4 pero el buen servicio de Google con la compatibilidad de las tarjetas VISA lo echó todo a perder. Pero eso es otra historia.
     Compré el Mi4, con un todo poderoso Snapdragon 801 bajo el capó, pero no todo fue rodado y, finalmente, se consignó como un smartphone de transición. Aun así, llegué a disfrutar al actualizar de KitKat a Marshmallow o cuando le instalé Windows Phone. El abusivo consumo de batería y la falta de potencia del terminal sin estar en el modo de alto rendimiento hicieron que al año me deshiciera de él sin mucha dificultad.
     En aquel año me dio tiempo a adquirir una famosa MiBand, incluso algunos MiKey (un botón programable para el jack de 3.5) y aquello hizo que nunca terminase de descartar a la marca pese a los problemas de rendimiento del Mi4.
     Y llegamos al presente. Mi padre, dios se apiade de él, con un Moto E de primera generación decidió hace un mes que era el momento de cambiarlo. Con las premisas de móvil pequeño y barato por bandera me eché al mercado y me puse a rebuscar. Conforme iba buscando tuve que considerar otros aspectos de los que él siempre se había quejado del Moto E, como una mayor necesidad de memoria.
     Entre Vernees, Meizus y Huaweis se alzó Xiaomi con la victoria. En una oferta flash adquirí un Xiaomi Redmi 5 básico por cien euros. Decidí apostar por diseño y ese procesador fabricado en catorce nanómetros.
     El terminal llegó diez días después de pedirlo a China con envío estándar. Todo correcto, bien embalado y lo más importante, era el terminal escogido, que ya sabemos cómo van las compras a China. Tras desempaquetarlo toca apreciar el diseño, es fascinante, los marcos, la pantalla, hasta el metal de la trasera parece valer más que el precio del smartphone. Por contra, al ser un "todo pantalla" esperaba que pese a tener cinco coma siete pulgadas tendría un tamaño más comedido, pero no, es ligeramente más grande que uno cinco como cinco de pantalla de dieciséis novenos convencional.
     Olvidándome del tamaño, arranco el terminal y lo noto de primera mano. Un rendimiento soberbio, pueden ser solo ocho núcleos de ahorro de batería, pero los uno coma ocho hercios hacen el resto. Lo que más me gustó tras encenderlo fue, y esto me sorprendió muchísimo, MIUI 9.
     MIUI 9 en un teléfono de bordes redondeados es todo lo que MIUI siempre quiso ser y los más puristas me darán la razón. El sistema es mucho más intuitivo que en versiones previas y toda semejanza con iOS me parece, en este caso un punto a favor, sobre todo en el tema de los gestos para quitar la barra de navegación. MIUI en todo su esplendor.
     A modo de final, recalco el grandioso trabajo que está haciendo Xiaomi con el diseño y el software en sus gamas más bajas. Esto me hace plantearme un Xiaomi como mi próxima opción. Pero eso aún está por ver.
     Un saludo.
   

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¡Bienvenidos!

Buenos días, o buenas tardes ya. Me llamo Javier y vivo en España. A lo largo de mi corta vida he experimentado una serie de acontecimientos, de mayor y menor importancia, y con ellos muchas ideas se han pasado por esta cabeza trillada.      De modo que creo este portal para compartir, con quien quiera leerlo , todos esos estrambóticos pensamientos que me ruegan salir.      En mis veintidós años me ha dado tiempo a escribir un libro, a estudiar y a dejar de hacerlo, a andar a tiendas en casa por la noche, a amar los automóviles como si de personas se tratasen y un largo etcétera, pero lo que realmente me ha marcado en la vida han sido los ordenadores . Esas maquinitas con procesador y pantalla me fascinan desde bien pequeño.      De ahí el matiz de estos textos, soy informático, y como tal veo el mundo , desde las puertas lógicas hasta el nuevo God of War, pasando por los cinco voltios y el lenguaje ensamblador. Aquí os hablaré de lo que me acontezca, me quejaré, me asombraré y